Diego Ariel Bialolenkier busca evitar ser sometido a un juicio oral. El abogado de la familia de la legisladora y periodista tildó la solicitud de "disparate".
El endoscopista Diego Ariel Bialolenkier, procesado por la muerte de Débora Pérez Volpin, solicitó que se le aplique una “probation” con el fin de evitar ser sometido a un juicio oral, según indicó el abogado de la familia de la periodista y legisladora.
Así lo indicó el letrado Diego Pirota, quien calificó a esa posibilidad como “un disparate”, en virtud a la “naturaleza” de la causa.
“No es lógico que una causa de esta naturaleza y la investigación de un delito de esta envergadura pueda terminar con una probation”, advirtió el abogado en declaraciones a radio La Red.
Pirota, además, consideró que “es un disparate que a alguien se le pueda ocurrir que una causa de un homicidio cometido por dos profesionales de la salud pueda terminar con la realización durante dos años de tareas comunitarias tres horas por semana”.
La semana pasada la causa por la muerte de la periodista fue elevada a juicio oral por el juez Carlos Bruniard con Bialolenkier y la anestesista Nélida Inés Puente como acusados del delito de “homicidio culposo en grado de coautores”.
En una reunión a la que fueron convocadas las partes para este miércoles, se definiría la fecha del juicio oral por la muerte de la periodista durante una práctica médica.
La muerte de Pérez Volpin, de 50 años, ocurrió durante un estudio de rutina el pasado 6 de febrero en el Sanatorio La Trinidad de Palermo.
Aquel día la periodista murió durante la realización de un estudio endoscópico de baja complejidad y la pericia determinó que la muerte ocurrió por una perforación instrumental del esófago, que no se detectaron patologías preexistentes, y que las lesiones del estómago encontrados fueron consecuencia de las maniobras instrumentales y de la reanimación cardíaca que se le practicaron.
Al responsabilizar a los profesionales, la querella argumentó que Bialolenkier “logró ingresar con el endoscopio hasta la segunda porción duodenal, no sin antes provocar con su intervención una perforación del esófago torácico”.
“Aquella situación no fue advertida por el médico endoscopista, que continuó con el estudio hasta que, en algún momento -muy tardío por cierto-, la médica Nélida Inés Puente, anestesista, advirtió una desaturación en la paciente”, indicó el escrito que fundamentó la acusación.